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![]() Diana de Vallescar Palanca ![]() El desafío intercultural Entre la tradición y la innovación ![]() |
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Culturas entre tradición e innovación |
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Del 22 al 25 de noviembre de 1999, se celebró en la ciudad de Aachen (Alemania), el III Congreso Internacional de Filosofía Intercultural bajo la temática: Culturas entre tradición e innovación ¿Estamos en los finales de las culturas tradicionales? El congreso, patrocinado por el Instituto de Misionología Missio (MWI), se estructuró en un conjunto ponencias principales para introducirnos en el núcleo temático, desde grandes regiones culturales de la humanidad – islámica, índica, europea y latinoamericana –, incluyendo el desarrollo de una cultura que radica fuera de sus fronteras territoriales y lingüísticas originales – cultura hispana/latina en los Estados Unidos. Y en grupos de trabajo con sus respectivos plenarios, donde se discutió nuestra temática a partir de dos países: la India y México. Ambos seleccionados por ser altamente representativos de culturas tradicionales, actualmente, confrontadas por el contexto de la globalización neoliberal. |
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![]() ![]() La apuesta por una filosofía intercultural: contextual-liberadora ![]() ![]() |
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Organizador: |
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En la apertura del congreso, después de las palabras de bienvenida pronunciadas por Jürgen Linden, alcalde de la ciudad, y Josef Estermann, director del MWI, nos invitó Raúl Fornet-Betancourt (Aachen) a redescubrir los lugares políticos como lugares que también pertenecen a la filosofía. Lo cual no resulta marginal para un modelo de filosofía al servicio público, que obtiene su cualificación humana cuando sabe articularse en términos de una reflexión contextual a cargo de las cuestiones actuales que le plantea su tiempo y sus contemporáneos. Esto supone asumir su responsabilidad y capacidad de organización como un saber práctico e interventor a través de propuestas orientadoras en los debates públicos y su influencia en misma la opinión pública. |
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»Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que brinda, pero tampoco ha sido tan igualador en las ideas y costumbres que impone [...] no hay relaciones humanas, sino competencias mercantiles.« |
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Además, de explicitar su noción de cultura, enfatizó que la relación entre tradición e innovación es dialéctica, al nivel interior y exterior – relacional de toda cultura. Por consiguiente, las culturas no podrán sobrevivir únicamente a expensas de su propia tradición, que incluso debe ser juzgada y discernida por sus miembros para poder plantear una práxis cultural legítima. Pero tampoco cabe desprender que la tensión entre tradición e innovación se remonte exclusivamente a la modernidad, ya que a la pluralidad de culturas les corresponde una pluralidad de proyectos innovadores y de ahí, sus tensiones y conflictos sucesivos. Por eso si la globalización no sólo transforma, subsume y marginaliza las culturas contextuales, sino que las neutraliza en su fuerza de innovación y las condena o reduce a compartir el destino de una cultura, cabe también un planteamiento a la inversa. Es decir, una »culturalización real de la globalización«, que es factible únicamente a través del diálogo intercultural. |
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En la conferencia de apertura, Enrique Dussel (México, D.F.) desarrolló diecinueve tesis, siguiendo la cuestión central ¿Es todavía posible la 'asimiliación' con base en una continuidad cultural homogenea?, cuyo punto de partida fue que la vida del hombre y la sociedad se desarrolla siempre en el contexto novedoso de una cultura histórica concreta. Subrayó la no-existencia de una propiedad en exclusiva de ninguna cultura. Y la exigencia de plantear en este tipo de debates la pregunta ético-práctico e histórica de la fundación de la asimetría cultural e ideología subyacente. Afirmó que, el acontecer de la evolución cultural establece la continuidad de la creación de la tradición y una que, de antemano, hace posible la asimilación homogénea de la innovación. Por eso, la asimilación significa tradición e innovación, pero igualmente la facultad creativa para renovarse, poseída por todo universo cultural, para entablar un diálogo con otras culturas o – mediante nuevos elementos – con su propia tradición, que no son totalmente tradicionales o convencionales. |
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![]() ![]() Interacción cultural y desarrollo humano ![]() ![]() |
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Si recorremos una – tradicional – historia de las culturas: ¿No es cierto que toda cultura, cuando ha creado algo verdaderamente universal, ha abierto un espacio nuevo o ha dado una nueva, que ha sido una aportación para todas las demás culturas? Igualmente, descubrimos que el intercambio mutuo sirvió para crear o recrear a partir de lo recibido, cosas distintas, a las que incluso se hallaban en la cultura que las transmitió. |
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Hassan Hanafi (Cairo), con su ponencia Tradition and Civilizational Renaissance, contrastó los modelos de relación: discontinuidad y continuidad, seleccionados, respectivamente por Occidente y Oriente. De ahí, conjugó el desarrollo de la denominada tradición del sí mismo y la tradición del otro; planteamiento al que subyace la idea de que »todas las culturas están presentes en todas«. Sin embargo, no viven el mismo momento histórico, pues son renovadas e impulsadas continuamente por movimientos de liberación; incluso, nuestra percepción y apreciación, de unas y otras, es bastante desigual. Remarcó la necesidad que tiene Europa de tomar distancia de sí, para ver cómo se inicia, distinguir sus procesos de gestación y descubrirse con humildad como una cultura particular – no absolutizable. Relacionó tres binomios: (a) La interacción entre tradición y experiencia nacional, signada por distintos movimientos de liberación del otro, entendidos como condición del renacimiento civilizacional. Asimismo (b) con las actitudes-poder de las élites concretadas en las escuelas de pensamiento y (c) el tiempo y la historia que circunscriben la situación de la tradición y la cultura nacional. |
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En su ponencia Tradition and Innovation in Asian Culture: India mantuvo Giridhari Lal Pandit (Delhi) que, en una sociedad profundamente tradicional como la India, los problemas de la tradición y la innovación han de ser planteados desde la perspectiva del progreso en la condición humana. Por tanto, una vez que la potencialidad del progreso cultural se orienta en una clara dirección y hace suyas un conjunto de reformas estructurales más deseables, entonces existe un campo para que pueda darse un cambio en las realidades de las matrices disciplinares cuyo objetivo es la resolución de problemas prioritarios, implementar leyes y regulaciones, acrecentar la productividad de tipo relevante – concerniente a los bienes y servicios sociales –, mejorar el acceso y concesión de los derechos al desarrollo del ambiente y acrecentar la eficiencia de los mecanismos de deliberación. Como resultado de ello, los cambios también se dispararán por sí mismos en las matrices culturales. |
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![]() ![]() Diversas culturas, diversidad de trayectorias ![]() ![]() |
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Cultura derivada: ![]() ![]()
Luis Villoro |
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Lars Lambrecht (Hamburgo), tratando el tema de Tradition / Innovation in Europa, cuestionó la manera de concebir la imagen de una Europa histórica determinada. Lo que puede ser enfocado desde una perspectiva pérfida y realista que: (a) Puede mantener que Europa – la de Hitler – es asunto del pasado, por eso, el fin de ésta, de la teoría crítica, de la postmodernidad; es decir olvido en lugar de memoria; y (b) frente a la periodización histórica mundial Europa se ha acabado, dada la dominancia nortemamericana durante este siglo. El siglo XXI emerge como el siglo del pacífico, asiático o, inclusive, chino. En contra de esa concepción, mantuvo la tesis de que donde se piensa en o sobre Europa, es necesario arriesgarse a pensar la tradición europea en el sentido de corte irreversible con aquélla que sostuvo Auschwitz, la Shoa y desde una perspectiva de deliberación universal; y considerar que Europa no puede definirse desde sí misma, sino desde el mundo que ha de deliberar y, con ello, sobre su papel de futuro. Comprometerse críticamente con Europa no significa sólo que esté ligada únicamente a la perspectiva catastrófica de la salvación y a la decadencia, sino considerar la conciencia que ha sido ganada con respecto a las tradiciones "cuestionables" del pensamiento político occidental. |
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Luis Villoro (México, D.F.), con su ponencia Tradición e innovación en la cultura latinoamericana, destacó que América, previa a la conquista, era sede de la diversidad cultural. En ese sentido no es posible circunscribirla a un sólo término: la cultura latinoamericana. Más bien, ha de hablarse de una cultura hegemónica vinculada a la creación de los Estado-nación. Utiliza para su planteamiento histórico-genético y desde la perspectiva de la identidad, las categorías de cultura derivada, cultura alterada, cultura ensimismada hasta plantearse el momento actual. Durante el siglo XX, se desarrolla un programa destinado a develar la cultura propia, frente a las formas imitativas y extranjerizantes, orientada mediante diversas concepciones sobre el sentido de la historia de América. En la actualidad, la crisis de los Estados-nación y el cambio de política económico-social – globalización – conduce al fortalecimiento y reivindicación de los proyectos de autonomía de los pueblos que, conforman, sólo de nombre, una nación homogénea. Cerró con el planteamiento de un triple dilema: entre la alteración y el ensimismamiento; la homogenidad y diversidad cultural y la identidad colectiva singular y una múltiple. |
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Jorge J.E. Gracia (New York) partió en su ponencia Hispanic/Latino Culture in the US: Foreigners in our own Land de la distinción entre cultura popular y cultura elitista, para explicitar y contrastar la conceptualización, las actitudes, similitudes, distinciones y condiciones que circunscriben la cultura latino/hispánica en el contexto norteamericano y en Latinoamérica. Enseguida mantuvo que en ambos casos no existe una cultura homogénea ya se trate desde dimensión elitista o la popular. Lo que se nos presenta es una variedad de culturas y no podemos singularizar alguna de sus características para extenderlas a todas esas comunidades culturales. Desde su enfoque étnico, lo hispánico y latino en realidad son utilizados para signar una realidad de raigambre histórico-familiar; y, no tanto, la existencia de propiedades comunes. Para las élites de Estados Unidos, la cultura hispánica/latina no existe – sí acaso en pequeños ghetos. Por eso, es práctica y sistemáticamente ignorada o excluida. Lo cual se traduce a distintos niveles de la vida, entre ellos, por supuesto, la filosofía. De ahí que, a la comunidad latino/hispánica de Estados Unidos se plantea la exigencia de tener que olvidar su procedencia, su cultura, valores e historia para poder ocupar un lugar en dicha sociedad. |
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![]() ![]() Al andar se hace el camino ... ![]() ![]() |
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Tomamos conciencia de lo mucho que ignoramos acerca de otras tradiciones y culturas filosóficas. Y cómo solemos aproximarnos a ellas ya "mediatizadas". Pero desconocemos su entramado profundo, su articulación conceptual, procedimientos, etc., es decir, todo aquello que constituye a una cultura viva. |
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Pese a la gran diversidad de los planteamientos y procedimientos abordados en el congreso, también hay puntos recurrentes – la conciencia de la descolonización, el fenómeno de la globalización, el cuestionamiento sobre Europa y su trayectoria histórica, el conflicto cultural, el interrogante por la supuesta homogenidad de la cultura y el binomio cultura-identidad – y estos destacan cuando se expone la auto-concepción de la propia cultura y sus respuestas históricas – una cultura alemana vinculada a Auschwitz, una cultura islámica que busca mantenerse al margen de la modernidad europea, una cultura latinoamericana concebida como mosaico de culturas. Es evidente que no es posible un desarrollo lineal de la discusión, y en muchas ocasiones se perciben avances y retrocesos. |
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Para algunos también daba la impresión de caos, gran incertidumbre y de no llegar a nada preciso. Por lo que se interrogaban acerca de la finalidad de este tipo de diálogos. Se constató lo difícil que resulta romper nuestras barreras mentales, procedimientos lógicos y trasladarnos a otros mundos, que nos resultan extraños y diferentes. Máxime cuando parece que la reflexión filosófica de siempre – la académica – se ve sin recursos, de acuerdo a sus cánones, frente a una realidad que se le interpone, y la deja aparentemente diluida. Cuesta mucho aceptar una reflexión más concreta y enraizada en la realidad, pues al parecer subyace aún la idea de que eso no es la filosofía. De ahí que, también provocó tensión la apertura a otras disciplinas, como la antropología o literatura, – no sólo por ignorar su arquitectura conceptual, enfoque y metodología, sino porque los filósofos en general, frecuentemente todavía no consideran que sea algo importante, ni ven claramente de dónde nace la necesidad tal incorporación. Por eso la tendencia escuchar sus puntos de vista, desconcertarse sin saber donde ubicar sus aportaciones, pero al final, continuar deslizando el discurso al ámbito filosófico. |
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Diana de Vallescar Palanca es profesora de filosofía en la Universidad Pontificia de México. ![]() |
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Ciertamente tanto el proceso dialógico, que exige este tipo de debates, así como de descentramiento de la propia postura filosófica, tiene todavía un largo camino que recorrer. De manera inevitable saltan los centrismos, sea de origen europeo, asiático o latinoamericano, en grados y manifestaciones diversas, a veces con actitudes soterradas. También se dejó ver la tensión entre cultura-género, que para muchos pasó desapercibida. Todo lo anterior hizo que el ejercicio del diálogo se mostraba en toda su dificultad. Recorremos caminos paralelos, que de vez en cuando pueden intersectarse – sólo al asumir las exigencias de un diálogo auténtico: escucha, descentramiento, voluntad de entender a cada uno desde su marco contextual, el esfuerzo de ser inteligible a los demás, no dar por supuesto que comprendemos al otro de antemano, etc. |
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Este tipo de eventos, sin duda, contribuye a verificar la existencia de las distintas voces de la racionalidad; despiertan en lo profundo y van acrisolando lentamente, otro tipo de visión de la realidad y lo que pudiere ser la filosofía. Y nos permiten abrir espacios para explicitar las diferencias, que porta el todo ser humano y su cultura. Pues las diferencias »no desaparecen, se desplazan« (Todorov). Además, el diálogo con el otro tú, no consiste en pretender conquistarlo, ni defenderse de él o ella. |
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